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Vanina Perdicaro: "leer a otros autores hace desaparecer límites y estructuras"

Mayo/ Junio de 2022


¿Cómo empezaste a escribir poesía?


Si pienso en cómo empecé a escribir poesía tengo que decir que hace un tiempo me encontré con una especie de diario íntimo de séptimo grado más o menos; me había puesto triste por una situación con un compañero de la escuela y casi en forma de catarsis escribí algunos versos muy básicos sobre el tema. Digo “me encontré” porque la verdad es que ha sido algo más bien intuitivo y no lo recordaba hasta que lo leí.

Después, ya con más conciencia en la secundaria, me encantaban las clases de la profesora de Lengua y Literatura, Mirta Rodríguez. En esa época empecé a escribir poesía imitando un poco lo que aprendía en la escuela.

Una vez decidí participar en un concurso de un diario, aunque esta vez con un relato, y fui a imprimirlo en el Centro Cultural Lucila Bombal de Rodeo del Medio para poder enviarlo (no todo era virtual como ahora y tener computadora e impresora no era lo común). El señor que atendía resultó ser Hugo Torres, escritor, y me invitó a participar del grupo de Escritores Maipucinos. Con ellos hice mis primeras publicaciones en una revista de difusión barrial, “Las Musas”. Creo que estuve algo de dos años allí y luego dejé de ir e incluso, aunque seguí escribiendo para mí, me alejé bastante de todo lo literario, creo que tenía que madurar ciertas cosas para poder seguir.

Casi diez años más tarde decidí que era el momento y que la poesía era mi lugar. Empecé a tomar talleres con la poeta Melissa Carrasco, primero en forma individual y luego en forma grupal. Del taller de “Poesía y Edición” dictado por ella salió mi primer plaquette auto editada, “Hilachas que hacen cosquillas”, todo un logro y orgullo para mí. Descubrí un mundo poético unido a perfomances, donde muchas personas jóvenes (o al menos lo que ahora es joven para mí) aman la poesía como forma de visibilizar situaciones, de rebelarse, luchar, expresar lo que no se expresa cotidianamente por “protocolos sociales”; descubrí que ese es mi lugar en el mundo literario, lejos de eventos parsimoniosos y cerca de lo dramático. Tengo muchísimo por seguir trabajando pero sé que estoy en la dirección que me hace feliz.


¿Qué poetas estás leyendo? ¿Qué poéticas te interesan? ¿Influyen en tu manera de escribir?


Durante la pandemia hice un taller virtual con Melissa Carrasco y Sandra Flores Ruminot, dedicado al erotismo en la literatura escrita por mujeres, donde leí autoras llenas de fuerza y originalidad, como Marguerite Duras y Clarice Lispector. De Lispector me encanta que encuentro muy poéticos sus cuentos o relatos, me gusta cómo cada historia tiene un trasfondo psicológico, me interesa esa forma de contar algo y a la vez estar diciendo mucho más que eso.

El año pasado hice un taller con Victoria Urquiza y Marinés Scelta, otras dos bellas poetas. Con ellas vimos autores muy variados, distintos estilos. Me gustó mucho la poesía de Olga Orozco, llena de sacralidad y misterio, y de Hugo Mujica, donde el silencio habla.

Recientemente terminé de leer “Tengo miedo torero” de Pedro Lemebel y actualmente estoy leyendo “El baobab que enloqueció” de Ken Bugul.

Y en cuanto a si influyen en mi manera de escribir, creo que sí en el sentido que mientras más leo, menos prejuicio tengo a la hora de animarme a escribir y a decir de la forma que me salga. La verdad me gusta ir buscando diferentes tonos cada vez, ver cómo quiero decir lo que quiero decir en ese momento. Leer a otros autores hace desaparecer límites y estructuras y eso me parece fundamental.


¿Cómo ves el panorama poético en Mendoza en cuanto a formación, edición y circulación de libros?


Valoro y me siento orgullosa de las personas que le dan vida al panorama poético en Mendoza, difundiéndolo y dándonos espacios a quienes no nos hemos formado académicamente en la literatura, alentándonos a escribir y a participar en talleres, publicaciones de antologías, plaquettes, libros o cualquier formato que sirva para dejar plasmada la poesía. Hablo de editoriales independientes y librerías autogestivas, que son centrales para que la poesía circule entre sectores jóvenes y no hegemónicos de la provincia.

Pero también sé que esas personas que evidentemente tienen gran pasión por la poesía no tienen suficiente apoyo económico, faltan recursos para la difusión, publicación y para redituar el trabajo de los escritores que están a la cabeza de la poesía en Mendoza, porque se trata de un trabajo y el trabajo se debe pagar más allá de la pasión con que se haga. La Asamblea de Trabajadores de la Literatura de Mendoza es un ejemplo, escritores que han empezado a trabajar colectivamente ante la falta de políticas públicas relacionadas con el sector de trabajadores de la literatura pidiendo un cambio en este sentido y realizando acciones concretas.

En conclusión para mí, buenos escritores y propuestas hay, recursos y apoyo a la cultura es lo que falta.





Presentamos una breve selección de poemas de Vanina Perdicaro:



Artículo 403. Impedimentos matrimoniales.

Inciso a) el parentesco en línea recta.

Inciso b) el parentesco entre hermanos.

Inciso c) Esposá para la foto

Esposá te felicito

Esposá te ven los parientes.


Inciso d) la afinidad en línea recta. Inciso e) Rostros retocados a fuerza de compás.

Inciso f) el matrimonio anterior, mientras subsista;

Nudo de corbata clandestina

olvidó que nació al sol, al humo

a besos, a golpes

des-nudo.

Inciso g) haber sido condenado por el homicidio del cónyuge;

Telas de araña

cercan el gabinete de gas

pronuncian el nombre que no se puede tejer.

Inciso h) tener menos de dieciocho años;

Paracaídas averiado en los zapatos blancos

como lápiz sin punta

como vals huida, vals miedo a estar solo.

Inciso i) la falta de salud mental que impida el discernimiento.

Demente me declaro.

Dementes los escucho con la cursilería de moda.

Dementes.

Hasta que la muerte nos separe.


****


Tuve que bañarme en todas las aguas

para recordar que aún antes del útero materno

tenía sed.


Sed libre.

Sed fiesta.

Sediento aliento cuando miento.


Vos creés que corro peligro,

pero a mí me gusta descascarar pomelos con los labios

reventar gajos contra mis pechos

acariciar el espanto con dedos finos.


A mí me gusta ser reloj de arena

volteado con tranquilidad impaciente

para oír mi sonido de desierto inundado

pero vos

creés que sos la manzana.


Involucionado ritual de homo erectus

reducido a no acariciante chimpancé.


Vos creés que sufro por no lamerte las dudas

pero hace rato mi pollera tiene barro

y no sos precisamente más achedosó.

Menos no, más quiero.

Más.

+

Mar.


****


Si hay miseria que se note

nos cuenten uno a uno los huesos

salvo el fémur que por hambre robó el perro.


Si hay miseria que se note

cuerpos orinados entre mantas roñosas

maletines indiferentes

tragedia es un semáforo en rojo

costumbre de esquivar indigentes.


Si hay miseria

que se vea el plato vacío en la selfie, el estado, la historia

quede retratado el desprecio de superior en actos solidarios.


Que se note la repulsión hacia el “pobre”, el “negro”, el “raro”.

Que la manzana ofrendada esté podrida

como vías respiratorias llenas de moho

estornudan perfume

para tapar olor a egoísmo que sale por los poros.


****


I

¿Se sincronizan latidos

al galopar galerías subterráneas?

La oscuridad se mete

en las uñas de cascos y manos.


II

¿Se puede reencarnar en una yegua

invocar la luz

y aprender a ser jinete?


III

Nunca más podré montar

un caballo zaino

devenido en caballo oscuro.

.


IV

Me callo

nombrarte hoy

es no matar silencios.





Vanina Noelia Perdicaro (Mendoza, 1988)


En lo laboral Escribana. En lo emocional, poeta, amante de la naturaleza y mezcla de cosas de acá y de allá.

Publicó su primer plaquette autoeditada “Hilachas que hacen cosquillas” en 2019. Participó de la antología de poesía mendocina “Poemas por el agua” en defensa de la Ley 7722 y en la antología de literatura erótica escrita por mujeres “La que se escribe”, ambas publicadas en 2021.

Uno de sus poemas fue elegido para formar parte de la antología próxima a publicarse por Fractura Ediciones llamada “Pesos Pesados” donde se trata el tema de la gordofobia.

Recientemente su hermana, Yamila, ha presentado canciones basadas en sus poemas.

Su primer libro de poesías está en proceso de edición y publicación de la mano de “Fractura Ediciones”.

Sus poemas pueden leerse en Instagram: “vanipteequivocasalejandro”

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