María Rosa Via: la alegría y el asombro como estado de escritura
- futuroseran
- 31 mar 2022
- 3 Min. de lectura
Febrero/ Marzo de 2022
Nació en Concordia, Entre Ríos. Estudió derecho en la Universidad Nacional del Litoral, de Santa Fe. Se graduó de abogada. Trabajó en Concordia en la profesión y luego en la Justicia de Entre Ríos.
Se define como muy viajera, sobre todo el viaje de partir sin rumbo fijo hacia todos los libros del mundo (Jack London). Como lectora de poesía, recuerda en especial los primeros autores que llegaron a sus manos de niña: Gustavo Adolfo Bécquer, Alfonsina Storni, Federico García Lorca. Con el correr del tiempo, algunas lecturas fueron un acontecimiento en su vida: Borges, La tierra baldía de T. S. Eliot, El libro del desasosiego de Fernando Pessoa, los rusos Ajmatova, Maldestam y Tsvetaieva. Las lectura de sus comprovincianos Carlos Mastronardi, Juan L.Ortiz, Alfredo Veiravé, Emma Barrandeguy, Arnaldo Calveyra, también ocupan un lugar destacado. Los talleres han sido parte de su formación. Asistió al de Beatriz Galli, poeta y novelista de Concordia. Luego fue parte del de Claudia Masin y del que dictaron Javier Galarza y Natalia Litvinova. Actualmente hace lo propio en el de Javier Galarza, donde conviven filosofía y poesía.
Cuando se le consulta acerca de qué lugar ocupa la poesía en su vida, responde “el de la compañía, en la alegría y el asombro, que es mi estado de escritura, un lugar de plegaria y de ladridos (Guimarāes Rosa), de conocimiento, de creación y recreación de sí misma y de los otros. Un perderse y encontrarse peligroso (Clarise Lispector), un camino de construcción espiritual, casi como una nueva religión, como propone Javier Galarza. Y en el que, la atención es la plegaria natural del alma (Malebrache). El sonido primordial de un oratorio. El más allá de la escritura. Una de sus más altas aventuras (María Negroni). El asombro y la unión a la naturaleza, la emoción, como herencia del romanticismo. Y la ascensión hacia lo hondo (Paul Celan)”. En cuanto a los poetas importantes, además de los ya mencionados agrega a Hilda Doolitle (HD) y a Ezra Pound, por todo el conocimiento de los clásicos, también a Rilke por toda su carga visionaria. Contemporáneos señala a tres: Claudia Masin, por su amor por la naturaleza, su integridad y su bondad personal; Javier Galarza, por quién guarda una enorme gratitud por su guía de maestro en las lecturas y descubrimientos; María Negroni, por su estudio y guía del lenguaje, de las formas de experimentación con el texto, con los artefactos libros.
Acerca de su poética, la tradición y la producción actual de su provincia, afirma que la piensa en relación a la levedad de Juanele y la contemporaneidad de Veiravé. En ese sentido, un aporte que le gustaría hacer desde su poesía a esa tradición es el amor hacia la naturaleza de Entre Ríos, el verde, el deseo de llegar a escribir sobre el río Uruguay que canta y que aún está pendiente.

Presentamos poemas de Visitas a la superficie:
SOFÍA ESTÁ SOLA
Sofía está sola
los recuerdos ahora
como ficción y memoria
en la voz de Sofía
hablan en este presente
cuando es la hora de un café
al atardecer frente a un ocaso
(los cataclismos ya han sucedido
de alguna manera dice
y otros se avecinan
tal vez más crueles)
pero su voz recuerda
con la inocencia y la verdad
de aquellos
viejos sucesos
Sofía está sola ahora
zumban a su alrededor
viejas situaciones que
la atravesaron
Sofía ignoró todo
los anuncios fueron desoídos
ciega de mirada interior
Sofía nunca recorrió sus límites
se meció durante años
sobre un campo minado
con la impavidez de la ignorancia
la huella conductora del fuego
ahora delineada en el remolino
de sus pensamientos
y en el fin de la mecha
el estallido
(sucesos hechos polvo
y aire de palabras
vuelven a este presente
a esta playa y la escucho)
perpleja ante esta realidad
que debió haber imaginado
Sofía busca en la bolsa
de sus recursos escasos
pero está perdida
como un ratón atontado a golpes
girando sobre sí
la tormenta de pronto
sobre nuestras cabezas
es una oportunidad inédita dice
te contaré cómo
escribí en otros tiempos
dejaré que ese pasado
como esta tormenta
asole nuestras cabezas
las mismas palabras
serán dichas
sus mismos títulos
uno u otro
con iguales nombres
Señales
las almas atormentadas,
dice Sofía a veces
se quedan al costado del camino
las máquinas después
les ponen tuercas y tornillos
chapas y las levantan
como señales de tránsito
vidrios
ojos translúcidos
y esta ceguedad
la respiración empaña
los vidrios internos
¿cómo puede ser todo
tan absurdo?
(se pregunta Sofía
y baja sus ojos de pestañas largas)
así me mirabas
y la palabra mordida
que pronunciabas
como mil dientes sobre lo indecible
¿has visto acaso algo
en que confiar?
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