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Luciana Ghilardi: "intento la depuración del poema hasta lograr la expresión deseada"


¿Cómo empezaste a escribir poesía?


La escritura de poemas comenzó en la adolescencia a los 14 años. Se convirtió en un espacio en el cual podía liberarme, ser auténtica en cuanto a mis sentimientos y reflexiones sobre temáticas como la pulsión de muerte, la desolación, la angustia existencial. Un espacio catártico, una purificación del alma. Encontraba en poetas y poetisas como Storni, Pizarnik, Neruda, Benedetti, Jiménez, Pessoa, Blake o Baudelaire el consuelo y la palabra que me definía. Además de las lecturas grecolatinas que influyeron más tarde en la composición de los poemas. Si bien las motivaciones temáticas persisten, intento que la escritura esté trabajada desde la relectura, las correcciones, la búsqueda de la palabra exacta, la depuración del poema hasta lograr la expresión deseada.


¿Qué poetas estás leyendo? ¿Qué poéticas te interesan? ¿Influyen en tu manera de escribir?


Últimamente estoy leyendo, por un lado a los poetas franceses que pertenecen al movimiento literario simbolista y, por otro, debido a mis estudios, textos académicos que se refieren al canon literario, a las teorías y las corrientes de análisis textual. Las poéticas que me interesan son aquellas en las que encuentro lo que yo no puedo nombrar, las que me consuelan. Siento que no estoy sola en lo que me atraviesa ya que otros también sufren los mismos penares. Me parece interesante la intertextualidad como recurso que desafía al lector en tanto que tiene un conocimiento preciso para alcanzar ciertos significados. La muerte, el dolor, la desolación, la locura, el feminismo, la otredad son las temáticas que me interesan y sobre las que me siento influenciada. En ciertos poemas incluyo pasajes o personajes pertenecientes a la literatura grecorromana como andamio para elaborar ya sea el tema del poema o bien una figura retórica.


¿Cómo ves el panorama poético en Mendoza en cuanto a formación, edición y circulación de libros?


Considero que el panorama poético en Mendoza en cuanto a la formación no está lo suficientemente sustentado y fundamentado desde lo académico. El trabajo de la palabra como manifestación literaria no sólo se sostiene con la vocación. Elaborar rimas consonantes, apelar a la denuncia poética o romper con

estructuras clásicas no alcanza para elaborar un poema como tal. He observado estas características en algunos eventos de lectura poética. El reduccionismo hacia lo rítmico o a las temáticas que están en boga como el feminismo, el patriarcado, la diversidad de género quedan vacías porque el contenido se diluye

nen la recitación, debido al uso este recurso que linda con los modos de los traperos o raperos, va en detrimento del mensaje que se quiere transmitir. Poseer una base académica marca ciertas diferencias. El aprendizaje literario, filosófico, histórico, etc. complementan aquello que es innato, la propensión a la escritura literaria que uno pueda poseer. En cuanto a la circulación y edición está centrada en ciertas editoriales según al canon literario, postura cultural y política a la que adhieren. Creo que aún es necesario salir de la provincia, tristemente, para llegar a más lectores. La pertenencia a colectivos literarios propician espacios para la difusión, radios como La Mosquitera o revistas literarias digitales colaboran en la divulgación. En lo personal me ha costado mucho dar a conocer mis escritos. Siempre he estado a merced de la buena voluntad de ser invitada para leer y mostrar mis poemarios. La lírica como género no es elegida, comúnmente, como una lectura asidua. Creo que los lectores se vuelcan más hacia la narrativa. Por lo tanto, es aún más dificultoso llegar a tener masividad y visibilización. La circulación de obras pertenecientes a autores mendocinos es de consumo endogámico y sólo se circunscribe a un público especializado e interesado por el escritor en sí debido a las relaciones interpersonales que a la creación literaria por sí misma.




El tormento de las Lucrecias


Humillada y oprimida por sus designios

no hubo súplica que lo conmoviera.

Fui una Lucrecia más sometida por un Tarquino reencarnado.

Dolor tras dolor, lágrimas en un silencio profundo.

Secretos de la violencia que me infundía mi piel violácea se tornaba.

Su voz enardecida y sus ojos de furia me paralizaban de miedo.

Boca abajo, tendida en la cama, me faltaba el aire

y no se detenía.

Todo fue en vano, había arremetido sin piedad.

Un domingo a la noche hui.

Acudí a Diké y ella me amparó.

Relaté una y otra vez cada vejamen.

El tiempo se volvió eterno.

Imploré que me asistiera la astucia de Celestina,

que se encarnece en mí los poderes de Circe,

ser como Atila, el azote de Dios.

Mi voz resonó en el recinto. Fui la voz de todas.

Y el juez lo condenó a una celda nauseabunda por seis años.


Ser palabra


Una línea en mitad de la noche,

bautismal voz purifica mi nombre.

Emerge, entre llamas, la pulsión de muerte.

Versos malditos invocan al poema.

Finjo ser poeta, soy al no ser.

Y nazco palabra.


Rompecabezas


Un rompecabezas desarmado.

Siniestro destino de haber sido posesa de tal perversión.

Una soledad profunda.

Un yo desierto.

La espera ineludible.

La noche atormentante.

El insomnio ensordecedor.

El deseo de morderle los labios a la muerte.



Luciana Ghilardi nació el 02 de noviembre de 1981. Actualmente reside en Maipú, Mendoza. Se recibió de Técnico Mecánico, Profesora de Educación Técnica Profesional, Profesora de grado universitario en Lengua y Literatura. Actualmente cursa el Doctorado en Letras y participa en la Red Internacional Multidisciplinar en Estudios de Género. Miembro del CIEM (Centro Interdisciplinario de Estudios sobre las Mujeres) UNCuyo. Correctora de estilo de la Revista Melibea. Publicó en el año 2021 su primer poemario “Soy la que soy” y poemas en diversas revistas literarias tales como Diafanís, Extrañas Noches y Alborismos. Participó del XIII Concurso de poesía Versos en el aire donde se publicaron poesías en una antología. Además, en algunas ocasiones ha publicado artículos académicos en la Revista Melibea.


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