Josu Miel, un canto a la memoria íntima
- futuroseran
- 14 oct 2023
- 3 Min. de lectura

Nicanor Parra dijo en una entrevista acerca de la comunicación con el lector que los poemas no son monólogos, sino parlamentos de un diálogo. Algo de esto hay en la búsqueda de la poeta que presentamos. Cuando Josu Miel Parra se pone de pie para recitar un poema en vivo, es imposible no escuchar. Se desplaza y su voz arroja palabras que enhebran una historia, el espacio se llena de una especie de música. Explica su nombre: Josu porque nunca nadie tuvo tanto derecho como ella misma a determinar su existencia; Miel porque la dulzura es un sentimiento negado a las travestis pero ella la reclama cada vez que puede. Su primer libro, “Mi canto de adobe”, fue publicado por Fractura ediciones a fines de 2022. Nació y se crio en el valle de San Salvador de Jujuy, hecho que influyó en este primer libro que se plantea como un recorrido por su infancia y su adolescencia. Afirma que hay dos componentes que trascienden lo geográfico y son identitarios en sus poemas: primero el transito por la experiencia travesti y el segundo es el acercamiento al sincretismo cultural propio del norte del país a partir de una figura clave en su vida: su tío abuelo Tatin Vargas. “Mi Canto de adobe” pretende ser un homenaje vivo a su memoria, afirma, “a la memoria de una tradición, de un pueblo y (no menos importante) de una familia. Asimismo, una declaración de vida, un aviso -ya no un permiso- de existencia, una oda a la autopreservación”. Acerca de lo oral y lo musical, una marca fuerte en el libro, dice que “a raíz de este rescate afectivo de la memoria, creo que surge el componente musical u oral, que nunca termino de entender separados. Me crié en una familia felizmente aparejada a la oralidad, al afán contador, y -sobre todo- a la pasión compartida por las zambas domingales. Al no ser una familia de personas altamente escolarizadas, creo que una de las principales voluntades siempre fue mantener viva la palabra sin la habilidad de escribirla "correctamente", y en esa intención es que se rescató que la palabra viviese a través de su musicalidad. No es azaroso, por lo tanto, ni las decisiones estructurales-formales del libro, ni las temáticas-argumentales. Son un reflejo, creo yo, de un principio en mi vida: la vida en las palabras.” Esa relación empezó a muy temprana edad cuando surgió el interés por conocer el funcionamiento de ciertas reglas conversacionales, imaginando, al mismo tiempo, que podía hacer lo que quisiera con el lenguaje. Al llegar la escuela se afianzó su vínculo con la poesía: quiso aprender el famosísimo poema XX de Neruda porque a su abuela le recordaba a su padre. Cuando lo recitó por primera vez sin errores, comprendió que había algo en la palabra viva a lo que no lograba acceder de otras formas. “Desde entonces, asegura, todo viene siendo parte de una misma búsqueda, de una misma misión: sobrevivir con las palabras y usarlas como una herramienta para generar cosas en el mundo.” El libro es materialización de esto último. El proceso de producción fue largo, “hay poemas que fueron concebidos como canciones, canciones que fueron concebidas como poemas. Hay una presencia marcada de la tradición coplera y una constante reminiscencia de lo que pueden hacer los sonidos cuando nos aventuramos a decirlos. También, con toda honestidad, hay en él una confesión de miedos, virtudes y vulnerabilidades; un sincerarse con la infancia para darle paso a la adultez.”
Te invitamos a leer dos poemas de Josu:

Realización II
Sé que es ella
porque su nombre
en tus labios
suena distinto
sé que es ella
porque es risueña
y nunca tuvo
el pelo cortito
sé que es ella
porque tu cuerpo, todo
entero, la desea
sin conflictos
y sé que es ella
sobre todo
porque el mundo espera
que sea ella
y vos
sos el mundo.
Realización: IV
Después de tanto
caminar cantando
volveré sobre mis
pasos cansados.
Y para colmo de resistencias
comenzaré de nuevo
como el silbón callado
a levantar melodías
desde lo bajo.
Volveré a mi huerto
a mi cerro
a mis pagos y
al amor ausente
del pasado.
Porque una sola cosa
me enseñó mi vieja casa
y es que no hay otro consuelo
para las desgracias
que el consuelo
de quienes cantan.
“Volveré Jujuy
una tarde destas
vidaleando olvidos
bagualeando penas...”
Mi canto de adobe. Josu Miel.
Fractura Ediciones, 2022.
Sergio Morán
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