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Luis Alfredo Villalba.
La literatura mendocina, y la poesía en particular, se parece a Sísifo. Cada tanto sube hacia algún lugar y luego de un tiempo de nuevo, una y otra vez. Dice Camus, que los dioses habían pensado que no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza. De todas maneras la poesía sucede. De eso es de lo único que podemos estar seguros. Hay poetas, hay poemas, hay eventos, lecturas, ciclos, talleres…pero, contradictoriamente, hay una dificultad para dejar un registro duradero de todo ese movimiento. Las buenas iniciativas para registrar (que las hay), corren una suerte dispar. Sin proyectos editoriales de envergadura, las obras y los poetas van quedando condenados a una circulación limitada.
Con ese panorama y desde esa caracterización de la situación, queremos que Futuros eran los de antes sea un aporte. No creemos que seamos los únicos que se proponen esa tarea y sabemos que no es la solución de fondo. Pero aún así queremos hacerlo.
Junto a lo ya dicho o a partir de eso, surgen preguntas que quisiéramos responder a lo largo del tiempo. ¿Existe una tradición en la poesía mendocina? ¿Cómo ha sido su desenvolvimiento? ¿Existe un lenguaje propio? Si tal cosa existe, ¿cómo se ha desarrollado en el tiempo? ¿Qué puntos de contacto existen entre el pasado y la actualidad? En el marco de esas preguntas seguramente aparecerán voces que quisiéramos rescatar y ponerlas en diálogo con el presente.
Mientras discutíamos la idea de la revista advertimos otra falencia: la escasa llegada de las obras a las escuelas. Otra vez las limitaciones. La primera es que las editoriales que publican no son masivas (¿deberían serlo?), pocas librerías tienen ejemplares y así se hace complicado el rastreo de material. Quienes hacemos parte de este proyecto somos docentes y testigos de esta situación que genera un importante nivel de desconocimiento de autores contemporáneos. Sumado a las limitaciones en la circulación de las obras, hay escaso material para abordar esas mismas obras. En el caso de que alguna llegue a la escuela o a las manos de profesores, no hay material crítico ni bajada didáctica que ayude a acercar los textos a los estudiantes. En este campo también deseamos sumar un espacio de articulación entre obra, crítica y difusión. Aspiramos a que lo que hemos tenido la oportunidad de conocer no se quede a morir con nosotros.
En cuanto al contenido de la revista, lo central será una entrevista a unx poeta de Mendoza y las demás secciones reflejrán eventos y circuito de talleres, reseñas de libros y por último, una sección sobre recomendaciones de escritura a cargo de invitados. La poesía que tendrá lugar aquí será la que nos guste, pero no por capricho sino por trabajo con el lenguaje. Tarea que se hace con distintas herramientas, ya se sabe.
En este primer número hemos querido homenajear la trayectoria de Luis Alfredo Villalba, de cuya obra tomamos el nombre para la revista. Repasamos sus inicios, su vida y sus ideas acerca de lo poético. Lejos de la pose y cerca de la poesía, lo que nos interesó de Luis es que sea una voz perdurable, al margen de tendencias pero sin la necesidad de autoproclamarse marginal; su pensamiento siempre en movimiento y al servicio de un lenguaje poético honesto. En definitiva, una actitud que hace que nuestra confianza en la poesía se reafirme.
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