Cómo escribir un texto poético sin morir en el intento
- futuroseran
- 21 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 26 ago 2020

La elaboración de un texto poético es un arte que data de muchos siglos. Imaginen a aquellos juglares andantes de pueblo en pueblo, contando y cantado las proezas de los héroes, en las batallas, en versos extensísimos para no olvidar ningún detalle.
Y más lejos aún, pensemos en la cuna de la civilización griega, un milenio antes de la aparición de la era cristiana, hacedores del género lírico, imaginemos a los aedos y rapsodas acompañados de un pequeño instrumento musical similar a un arpa, llamado lira, con el cual recitaban los poemas homéricos u otras poesías épicas.
Mucho tiempo ha pasado desde aquellos días, sí, mucho tiempo y mucha poesía.
Hoy, 2020, nos seguimos preguntando, qué es un texto poético. Cómo se escribe, qué se dice, quién lo dice, de qué modo se dice.
Sin embargo, y a pesar de los interrogantes, no hay respuestas unívocas, la poesía seguirá fluyendo porque es una necesidad humana y vital. No hay recetas, hay trabajo, corrección, lectura y más trabajo.
Hay poesía en todo lo que nos rodea, solo hay que descubrirla.
Ingredientes
- Lápiz, birome, teclado, celular
- Servilletas, hojitas sueltas, tapas de un viejo cuaderno, grabadora del teléfono, PC (si la tiene a mano) o lo que esté a su alcance en el momento en que la imagen lo invade o atropella.
Elaboración
- Rescate aquella imagen, pensamiento, sentir, suspiro, exhalación, sollozo, quejido, inspiración, deseo, anhelo, esperanza y otras minucias que lo invadieron en un lapso brevísimo de tiempo, casi imposible de capturar.
- Vuélquelo, amorosamente, sobre el papel y /u otro medio físico elegido para el acto de creación.
Y amase, amase, delo vuelta, golpee, golpee, vuelva a mirar, sustituya, complete.
- Déjese llevar por la blandura se su masa, por los colores que sugiere. Traiga desde lejos olores familiares o no familiares. Olores a campos frescos, a flores recién cortadas, a alas de pájaros en libertad, a lluvias y a sequedad, a vientos y a huracanes
Y amase, amase, delo vuelta, golpee, golpee, vuelva a mirar, sustituya, complete.
- Déjese llevar por lo que más odia o lo que más ama, o por lo injusto o la justicia, por las ausencias irrecuperables o las presencias imposibles de alcanzar y amase.
- Coloque también en el recipiente las melodías amadas, la música que lo transporta, las notas que guarda en su interior, aquellas que logran que su cuerpo dance como por reflejo involuntario. La música es un ingrediente insustituible para que la masa leve y se eleve hasta el infinito.
Y amase, amase, delo vuelta, golpee, golpee, vuelva a mirar, sustituya, complete.
Cocción
- No se apresure
- Déjelo reposar por un día o dos
- Prepare el horno a gran temperatura y sumérjalo allí.
Una vez que la argamasa haya fraguado, sáquela del horno para que enfríe y busque urgentemente a sus comensales preferidos y confiables para que la prueben, la saboreen, la gocen, la paladeen, la perciban, la disfruten, lentamente, palabra por palabra, nota por nota, verso por verso.
Si y solo si comprueba que sus comensales comienzan a elevarse de sus asientos como globos inflados por helio, y vuelan alto, muy alto tanto que usted no los puede sujetar, solo entonces, la tarea estará cumplida. Y si esto no ocurriera así, vuelva a revisar sus ingredientes y su tiempo de espera o cocción.
Y recuerde la poesía nos espera a la vuelta de cualquier esquina, pero es esquiva, misteriosa, sugerente y sugestiva.
Diana Starkman.
Es Magister en Letras, Arte Latinoamericano otorgada por la Facultad de Artes y Diseño (2004) y en Literatura Infanto Juvenil otorgada por la Universisdad de Castilla, España (2012). Docente de alma y profesión de los años 80. Coordina talleres literarios y de corrección editorial desde los 90. Actualmente coordina el taller Más allá de las palabras y trabaja en la edición de la segunda antología del grupo.
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